Una nube privada es un entorno informático para una organización específica, con ventajas de nube pública pero alojado en el centro de datos de una empresa o mediante un proveedor externo. Las nubes privadas son conocidas por su fiabilidad, escalabilidad y seguridad y, por lo tanto, a menudo son la opción de infraestructura elegida para las cargas de trabajo empresariales.
Existen tres modelos generales de implementación en la nube: entornos de nube pública, privada e híbrida.
Una nube pública se proporciona a través de un proveedor externo independiente. Amazon Web Services (AWS) y Microsoft Azure dominan el mercado de la nube pública. Empresas como estas mantienen los recursos de procesamiento que sus clientes pueden utilizar cuando lo necesiten. Las empresas que usan la nube pública comparten estos recursos. Esto suele conocerse como un entorno "multiinquilino".
En el extremo opuesto del espectro, una empresa puede crear, poseer, operar y mantener su propia nube privada. Si bien hay más seguridad en este formato, las arquitecturas en la nube locales no siempre son las más flexibles o escalables porque la organización debe depender de los recursos que ya tienen en lugar de los recursos de un proveedor externo.
Muchas empresas se han dado cuenta de las ventajas de las nubes públicas y privadas y, por lo tanto, han adoptado un modelo de nube híbrida. En esta arquitectura, una nube privada se conecta con una nube pública, lo que permite a las empresas ejecutar cargas de trabajo que hacen un uso intensivo de los recursos en ambos mundos. Generalmente, la empresa utilizará principalmente su entorno de nube privada y luego "irrumpirá" en la nube pública cuando sea necesario. Para que un modelo híbrido basado en la nube funcione, debe haber un alto nivel de compatibilidad entre el software que ejecuta las nubes y los servicios utilizados en ambos.
Una nube privada, por sí sola, ofrece algunas de las características principales que verá en una nube pública. Es decir, las empresas aún pueden disfrutar del autoservicio, la escalabilidad, la capacidad de aprovisionar y configurar máquinas virtuales (VM) y el escalado de recursos cuando sea necesario.
Otra de las ventajas de la nube privada que no hay que olvidar es que las organizaciones pueden implementar herramientas de devolución para rastrear el uso de computación en la nube de alto rendimiento y garantizar que la empresa solo pague por los recursos o servicios que realmente están utilizando.
A pesar de las ventajas de los proveedores de servicios privados en la nube, existen múltiples limitaciones o desventajas de la nube privada que no se pueden ignorar. En la siguiente sección, exploraremos cómo abordar y superar estos desafíos.
Aunque la nube privada tiene sus ventajas, especialmente en lo que respecta a la seguridad, muchas empresas no tienen la intención de usar solo una nube local, sino que esperan expandirse en un futuro a una arquitectura híbrida o de múltiples nubes. Dicho esto, muchas de las personas encargadas de la toma de decisiones de TI tienen que suspender momentáneamente ese objetivo debido principalmente a las restricciones presupuestarias, que les impiden prepararse para el modelo operativo de multicloud.
Por eso es importante que las empresas se aseguren de que su infraestructura subyacente sea adecuada para soportar futuras iniciativas híbridas y multicloud o, si tienen la intención de seguir con una solución de nube privada a largo plazo, que la infraestructura proporcione una potencia y flexibilidad similar a la de la nube pública en el entorno local. Pero en última instancia, el almacenamiento separado, los servidores, la virtualización y los componentes de red en la arquitectura heredada de 3 capas son la raíz del problema.
Con infraestructura hiperconvergente, estos componentes separados se fusionan, eliminando los silos. De hecho, esta solución de arquitectura admite el paradigma de la nube privada, proporcionando:
Hoy en día, aproximadamente el 52% de las organizaciones se ejecutan en algún tipo de nube privada. Pero esta mayoría, según investigaciones recientes, crecerá todavía más. En un estudio reciente de IDC, los investigadores descubrieron que el 80% de las empresas habían sacado las aplicaciones de la nube pública y las habían devuelto a su nube privada. También descubrieron que, en los próximos dos años, el 50% de todas las aplicaciones de nube pública volverán a funcionar localmente. ¿Qué puede explicar ese cambio?
En casi todos los casos, la razón principal fue el ahorro en costes. En un estudio separado, IDC también encontró que las cargas de trabajo predecibles, que representan la mayoría de todas las cargas de trabajo de la empresa, eran de media unas dos veces más caras de ejecutar en la nube pública que en las instalaciones. También hay seguridad y previsibilidad en una nube privada, lo que lleva a muchas organizaciones a optar por las ventajas del ahorro en costes que representa la ejecución de su propia arquitectura de nube de manera interna.
"Una de las ventajas fundamentales es la simplicidad, pues gestionamos todos los bundles desde una única consola y somos capaces de automatizar actividades críticas como parches de seguridad. Otro de los grandes beneficios que hemos experimentado es la escalabilidad. En toda multinacional que se precie, la posibilidad de adaptarse dinámicamente a la demanda en función de la necesidad del negocio tiene un valor incuestionable."