Una máquina virtual (VM) es un entorno digital que funciona como un recurso informático virtual en un servidor físico. Utiliza software para ejecutar e implementar aplicaciones en lugar de un sistema informático físico. Un servidor o host puede tener muchas máquinas virtuales, o invitados, ejecutándose al mismo tiempo. Cada máquina virtual tiene su propio sistema operativo, así como memoria, almacenamiento, CPU e interfaces de red que se ejecutan independientemente de cualquier otra máquina virtual en el host de hardware, por lo que un PC físico podría ejecutar una máquina virtual MacOS o Linux sin problemas, por ejemplo.
Las máquinas virtuales permiten disponer de varios sistemas operativos ejecutándose al mismo tiempo en un único ordenador. Cada máquina virtual se ejecuta independientemente de las demás y ofrece una experiencia de usuario final equivalente a la de utilizar una máquina no virtual o un único sistema operativo vinculado a una única máquina física. Los usuarios finales pueden utilizar aplicaciones en una máquina virtual igual que lo harían en su sistema informático de hardware dedicado. De hecho, la mayoría de los usuarios finales que acceden a sistemas informáticos de forma remota ni siquiera sabrían si están trabajando con una máquina virtual o con un sistema informático dedicado.
Las máquinas virtuales se basan en la virtualización, una tecnología que permite que un único servidor físico o estación de trabajo informática albergue numerosos entornos virtuales. La máquina host utiliza una pieza de software denominada hipervisor para gestionar y separar los recursos de procesamiento, red y almacenamiento del host en un único grupo, para distribuirlos a cada máquina virtual según sea necesario.
Por ejemplo, si una máquina virtual se está ejecutando y el usuario (o la aplicación) le ordena que haga algo que requeriría más recursos de los que tiene actualmente, el hipervisor identificaría rápidamente la necesidad y reasignaría parte del grupo del host o de los recursos compartidos para satisfacer la demanda.
Dado que esencialmente actúan como un “ordenador dentro de un ordenador”, las máquinas virtuales permiten a las organizaciones disponer de docenas de sistemas informáticos separados en una sola máquina. Cada máquina virtual puede ejecutarse en una ventana de aplicación sobre el sistema operativo existente de la máquina host. Los usuarios pueden cambiar las configuraciones y llevar a cabo actualizaciones en el sistema operativo de una máquina virtual como lo harían en un ordenador dedicado. También pueden instalar o eliminar aplicaciones en la máquina virtual. Las máquinas virtuales incluyen una serie de archivos comunes, como registros, configuraciones, ajustes de NVRAM y un archivo de disco virtual.
La tecnología de virtualización existe desde hace mucho tiempo, pero las máquinas virtuales se han vuelto cada vez más comunes a medida que crecía la popularidad del trabajo remoto y el End User Computing. En la actualidad, las máquinas virtuales se utilizan por muchas razones, tanto en entornos on-premise como en la nube. Los casos de uso incluyen:
Existen dos tipos básicos de máquinas virtuales:
Estas máquinas virtuales emulan un sistema informático completo, como hemos descrito en secciones anteriores. Están ubicadas en particiones aisladas de un servidor físico o estación de trabajo informática y tienen sus propios sistemas operativos, configuraciones, aplicaciones y servicios que se ejecutan de forma independiente unos de otros. Este tipo de máquina virtual requiere un hipervisor que asigne recursos a cada máquina virtual desde un único grupo compartido. Algunos ejemplos de máquinas virtuales de sistema incluyen Nutanix AHV, VMware Fusion y Xen, de código abierto.
A veces denominadas máquinas virtuales de aplicación o entornos de ejecución gestionados (MRE), las máquinas virtuales de proceso están configuradas para ejecutar temporalmente un único proceso como una aplicación (para ejecutar programas Java, por ejemplo, o Microsoft .NET Framework). Estas máquinas virtuales son esencialmente entornos de ejecución para ese proceso específico y no dependen de ninguna plataforma. Funcionan proporcionando un alto grado de abstracción que sirve para “ocultar” el sistema operativo del host y de otro hardware. Las máquinas virtuales de proceso son temporales, se crean cuando un usuario inicia el proceso específico y se destruyen una vez que ese proceso ha terminado.
Los proveedores de nubes públicas usan cada vez más la virtualización y las máquinas virtuales en busca de una mayor flexibilidad y escalabilidad en las cargas de trabajo, en un esfuerzo por ofrecer un mejor soporte a muy diferentes aplicaciones y en múltiples sistemas operativos.
Una máquina virtual en la nube funciona igual que una máquina virtual en un servidor en el centro de datos de una organización. La única diferencia es que la máquina virtual en la nube está alojada en el centro de datos de un proveedor de servicios en la nube en lugar de en el suyo.
Las máquinas virtuales en la nube suelen ser de uno de estos dos tipos:
Una máquina virtual de un solo inquilino está diseñada para ser utilizada por un único cliente (normalmente una organización). Estas máquinas virtuales pueden ser un host dedicado o una instancia dedicada.
También denominadas máquinas virtuales públicas, las máquinas virtuales multiinquilino son compartidas por varios clientes en una infraestructura física multiusuario. Los datos de cada cliente están aislados de los de los demás, pero los clientes comparten un único conjunto de aplicaciones, bases de datos y recursos de servidor. Aunque no ofrece el mismo alto grado de separación y personalización que prefieren algunos clientes, es muy escalable y rentable, porque suele estar disponible a un menor precio que las máquinas virtuales de un solo inquilino.
Las máquinas virtuales ofrecen grandes ventajas con respecto a las máquinas host físicas, pero también presentan algunos problemas:
Las organizaciones utilizan máquinas virtuales por muchas razones interesantes, muchas de las cuales hemos cubierto en secciones anteriores. Si bien las máquinas virtuales se utilizaron inicialmente ya en la década de 1960 para aislar los datos de cada usuario que compartía un gran ordenador mainframe, hoy en día las empresas las emplean más para aumentar la utilización del hardware, reducir su huella de hardware físico y ahorrar en costes de equipos y operaciones físicas.
La infraestructura de escritorio virtual (VDI) también es un importante impulsor del uso de máquinas virtuales en las empresas. Las plataformas VDI permiten a los empleados acceder a sus escritorios desde ubicaciones y dispositivos remotos, una ventaja indudable a medida que los modelos de trabajo remoto e híbrido se vuelven cada vez más populares.
A medida que las organizaciones trasladan cada vez más cargas de trabajo a la nube, utilizan máquinas virtuales basadas en cloud para crear entornos híbridos y construir infraestructura junto a sus entornos tradicionales on-premise existentes.
Las ventajas de seguridad que ofrece el uso de máquinas virtuales es otro punto a favor, ya que las máquinas virtuales separadas proporcionan una capa adicional de protección en caso de infiltración en los sistemas.
Si a todas las demás ventajas añadimos un gran potencial de ahorro de costes y una escalabilidad extrema, queda claro por qué las máquinas virtuales se han convertido en componentes críticos en la infraestructura de TI de las empresas modernas.
Las organizaciones tienen muchas opciones a la hora de elegir una plataforma de virtualización. La mayoría de las plataformas ha simplificado los procesos para crear e implementar nuevas máquinas virtuales. De hecho, muchas soluciones vienen con prácticos asistentes o plantillas de configuración que facilitan y agilizan la puesta en marcha.
Aunque muchas plataformas de virtualización están diseñadas para empresas y ofrecen muchas funciones avanzadas y opciones de personalización, también puede encontrar plataformas de virtualización sencillas que no cuestan nada. Un ejemplo es VirtualBox de Oracle, de código abierto.
Las máquinas virtuales (VMs) y los contenedores son ambas tecnologías utilizadas en la virtualización, pero difieren en sus enfoques y propósitos.Una máquina virtual emula un sistema informático completo, incluido el sistema operativo, en una máquina host. Cada VM se ejecuta de manera independiente y está aislada del host y otras VM. Este aislamiento conlleva un coste de sobrecarga de recursos, ya que las VM requieren un sistema operativo dedicado y consumen más recursos del sistema.
Por otro lado, los contenedores ofrecen una alternativa más ligera y eficiente. Encapsulan aplicaciones y sus dependencias, compartiendo el kernel y los recursos del sistema operativo host. Los contenedores son portátiles y pueden ejecutarse de manera consistente en diversos entornos. A diferencia de las VM, ofrecen tiempos de inicio más rápidos y un menor consumo de recursos.
Mientras que las VM destacan en el aislamiento completo, los contenedores priorizan la eficiencia y la agilidad, lo que los hace especialmente adecuados para arquitecturas de microservicios y aplicaciones nativas de la nube que son escalables.
Los contenedores Docker y las máquinas virtuales representan tecnologías de virtualización distintas, cada una con características únicas. Los contenedores Docker, conocidos por su diseño liviano y eficiente, encapsulan aplicaciones y sus dependencias, ejecutándolos en entornos aislados en un sistema host. Estos contenedores comparten el kernel del sistema operativo host, lo que permite implementaciones rápidas y un rendimiento consistente en diversos entornos. Reconocidos por su velocidad, eficiencia y escalabilidad, los contenedores Docker priorizan la virtualización centrada en la aplicación.
En contraste, las máquinas virtuales funcionan como emulaciones completas de computadoras físicas, incluidos sistemas operativos dedicados. Operando de manera independiente en un hipervisor, cada VM ofrece un aislamiento sólido del sistema host y otras VM. Las VM, al incluir un sistema operativo completo, tienden a ser más intensivas en recursos, lo que puede resultar en tiempos de inicio más largos en comparación con los contenedores.
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