La virtualización de servidores es un proceso mediante el cual una empresa puede separar el software de servidor de su hardware y crear múltiples servidores virtuales con sus propios sistemas operativos y aplicaciones que se ejecutan en un único servidor físico. Cada servidor virtual está separado de los demás y se ejecuta de forma totalmente independiente, sin problemas de compatibilidad. La virtualización de servidores es la base subyacente del cloud computing y permite una amplia variedad de modelos de nube híbrida.
Virtualizando sus servidores, una empresa puede utilizar o proporcionar servicios de alojamiento web de manera rentable y aprovechar al máximo sus recursos de procesamiento, de almacenamiento y de red en toda su infraestructura. Debido a que los servidores rara vez utilizan toda su potencia de procesamiento las 24 horas del día, muchos de los recursos del servidor no se aprovechan. De hecho, algunos expertos dicen que no es raro que un servidor se utilice solo entre el 15% y el 25% en un momento dado. Los servidores pueden permanecer inactivos durante horas o días mientras las cargas de trabajo se distribuyen a un pequeño porcentaje de todo el conjunto de servidores de una empresa. Estos servidores inactivos ocupan un espacio valioso en el centro de datos y su mantenimiento conlleva un consumo de energía y la atención y el esfuerzo de los trabajadores de TI.
Mediante la virtualización de servidores, una empresa puede cargar un único servidor físico con docenas de servidores virtuales (también llamados máquinas virtuales o MV) y garantizar que los recursos de ese servidor se utilicen de un modo más eficaz. Ahora, un centro de datos puede ser más eficiente con menos máquinas físicas. Mediante la virtualización, las empresas pueden mantener con facilidad los recursos utilizados y adaptarse de forma dinámica a las necesidades de cada carga de trabajo conforme cambia.
Un servidor virtual es una "instancia" virtualizada en un servidor físico determinado. Es un espacio independiente con su propio sistema operativo, políticas, aplicaciones y servicios. Aunque actúa de forma autónoma, reside en un único servidor con otras máquinas virtuales y comparte recursos de software y hardware con esas otras máquinas mediante el uso de un hipervisor. Cada servidor virtual se considera un invitado del servidor físico principal, que es el host.
Un administrador de TI puede crear varias máquinas virtuales en un único servidor físico y configurar cada una de ellas de forma independiente. El administrador lo hace empleando un hipervisor, también denominado monitor de máquina virtual. Además de permitir el aislamiento del software del servidor de su hardware, el hipervisor actúa como controlador y organiza, gestiona y asigna recursos entre todas las máquinas virtuales del servidor host.
Mediante la abstracción, el hipervisor organiza todos los recursos de procesamiento (como interfaces de red, almacenamiento, memoria y procesadores) y le otorga un alias lógico a cada recurso. El hipervisor utiliza esos recursos para crear servidores virtuales o MV. Cada MV se compone de procesadores virtualizados, memoria, almacenamiento y herramientas de red, y aunque reside junto a muchas otras MV, no se "percata" de que es solo una de muchas. Actúa de forma totalmente independiente, como si se tratara de un único servidor físico.
Ahora la empresa tiene un servidor físico con múltiples equipos independientes y completamente funcionales trabajando en su interior. El servidor host puede tener máquinas virtuales con distintos sistemas operativos y una amplia variedad de aplicaciones y sistemas que normalmente no funcionan juntos.
Dado que el hipervisor supervisa todas las máquinas virtuales del servidor host, también puede reasignar recursos según sea necesario. Si, por ejemplo, una máquina virtual permanece inactiva durante la noche, sus recursos de procesamiento y de almacenamiento se pueden reasignar a otra máquina virtual que podría necesitar recursos adicionales durante ese tiempo. Así, los recursos del servidor se aprovechan mucho mejor.
Las máquinas virtuales también pueden trasladarse a otros servidores host si es necesario mediante una simple operación de duplicación o clonación. El único límite a la cantidad de máquinas virtuales que puede alojar un servidor host son los recursos de procesamiento de que dispone, de modo que los equipos más nuevos y con más recursos pueden dar soporte a más máquinas virtuales.
La virtualización de servidores es un componente crítico del cloud computing. De hecho, muchos expertos consideran a la virtualización de servidores uno de los principales pilares del cloud computing (junto con otros componentes como la automatización, el autoservicio y la supervisión de extremo a extremo). La virtualización hace posible el cloud computing porque permite dividir los recursos de un servidor entre múltiples máquinas virtuales y permite a las empresas conseguir el escalado ultrarrápido que precisan sin renunciar al aislamiento de la carga de trabajo.
Hay tres tipos de virtualización de servidores, y la diferencia radica principalmente en el grado de aislamiento de cada MV.
Los beneficios de la virtualización de servidores incluyen:
A pesar de los numerosos beneficios de la virtualización de servidores, todavía plantean algunos desafíos:
La virtualización de servidores tiene algunas ventajas inherentes en cuanto a seguridad. Por ejemplo, los datos se almacenan en un lugar centralizado que es bastante sencillo de gestionar, en lugar de dejarse en dispositivos de usuario final o de edge no autorizados o menos seguros. El aislamiento entre máquinas virtuales también ayuda a mantener aislados los ataques, el malware, los virus y otras posibles amenazas.
Gracias al control de acceso granular de la virtualización, el departamento tecnológico tiene un mayor grado de control sobre quién puede acceder a los datos almacenados en el sistema. A menudo, se utiliza microsegmentación para ofrecer a los usuarios acceso solo a aplicaciones o recursos específicos, hasta el nivel de una única carga de trabajo. Además, la virtualización de escritorios ayuda a garantizar que el personal de TI siga siendo responsable de actualizar y parchear los sistemas operativos y las aplicaciones, algo que los usuarios finales tal vez no puedan controlar por sí solos.
Los hipervisores reducen los riesgos de seguridad al disminuir la superficie de ataque en comparación con las soluciones de hardware, gracias a su capacidad de funcionamiento con menos recursos.Además, se actualizan automáticamente, lo cual ayuda a mantenerlos protegidos de las amenazas que surjan.
Por otro lado, la virtualización de servidores también puede presentar algunos riesgos de seguridad. Uno de los más comunes es simplemente la mayor complejidad de un entorno virtualizado. Dado que las máquinas virtuales se pueden duplicar y las cargas de trabajo se pueden mover a diferentes ubicaciones con bastante facilidad, es más difícil para el personal de TI cumplir con las buenas prácticas de seguridad o incluso mantener configuraciones o políticas consistentes en todo el ecosistema.
La expansión de las máquinas virtuales también puede suponer un riesgo para la seguridad. Esas máquinas virtuales inactivas y abandonadas no solo continúan consumiendo recursos y energía, sino que es poco probable que sean parcheadas o actualizadas, lo cual las deja en situación de vulnerabilidad y con un gran riesgo potencial de ataque.
Si bien el aislamiento entre máquinas virtuales puede reducir de algún modo los riesgos de seguridad, no reduce el efecto de un ataque de denegación de servicio distribuido (DDoS). Si un ataque DDoS afecta el rendimiento de una máquina virtual al atacarla con una avalancha de tráfico malicioso, las otras máquinas virtuales que comparten los recursos de ese servidor host también se verán afectadas.
El departamento de TI puede reducir los riesgos de seguridad que presenta la virtualización de servidores con algunas buenas prácticas, que incluyen mantener actualizado el software y firmware en todo el sistema, instalar y actualizar antivirus y otro software diseñado para soluciones de virtualización, estar al tanto de quién accede al sistema, cifrar el tráfico de red, eliminar máquinas virtuales no utilizadas, realizar copias de seguridad periódicas de máquinas virtuales y servidores físicos y definir e implementar una política de usuario clara y detallada para máquinas virtuales y servidores host.
Al planificar la implementación de la virtualización de servidores en una empresa, hay que tener en cuenta algunos pasos importantes. A continuación se detallan algunas buenas prácticas que pueden ayudar:
Si bien uno de los beneficios de la virtualización de servidores es que centraliza y simplifica la gestión de servidores, también puede presentar algunos desafíos, especialmente si su personal tecnológico no está familiarizado con las técnicas y prácticas de virtualización. A continuación, se presentan algunas prácticas recomendadas para gestionar máquinas virtuales de manera eficiente.
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